Cuando miro el calendario aún no me convenzo de que el campamento en El Tabo durara cuatro días. Pareciera que hubiésemos pasado semanas en esas conversaciones, pichangas y paseos a la playa, y que nos conociéramos de mucho tiempo atrás con esas personas que recién veníamos conociendo.
El campamento de este año fue entre el 6 y 9 de enero en el campamento luterano de El Tabo, y fue dirigido por la pastora Izani Bruch de Osorno. El tema central fue acerca de cómo superar la crisis post terremoto, y si bien al principio a varios el tema les pareció trillado y viejo, en el transcurso de las conversaciones nos fuimos dando cuenta de que a muchos del grupo aún les afectaba el tema en lo personal, y de que no son sólo las catástrofes naturales las que nos pueden afectar, sino también las catástrofes personales.
Llegaron jóvenes principalmente de las comunidades de Santiago y de los alrededores de Concepción, y si bien la cantidad fue menor a la de otros años (por lo que me contaron, porque es primera vez que voy), la cohesión y compañerismo del grupo fue bastante buena, organizándose sobre todo para las actividades en los ratos libres, como las bajadas a la playa, los partidos de futbol y taca-taca, y los paseos en el portamaletas.
El último día, además de realizar un culto y el cierre de actividades, se hizo una evaluación del trabajo de los jóvenes en cada comunidad, destacándose por parte de miembros de otras comunidades el trabajo en la congregación Martin Luther, especialmente el de Patrick como coordinador.
En definitiva, es de esperar que actividades como esta puedan seguir desarrollándose, y que el trabajo durante el año de la Pastoral Juvenil de la Iglesia sea exitoso. Felicidades a quienes hicieron posible el campamento, y bendiciones.
Rodrigo Castillo Jofré